lunes, 13 de abril de 2020

Cuidemos nuestro planeta




Los pulmones de la tierra necesitaban respirar.

Un día, de repente, el mundo se paró y entonces la Tierra comenzó a respirar aire puro. Y las aguas volvieron a cristalizarse. Y los animales comenzaron a habitar en paz.
La naturaleza es tan mágica que ella misma esta limpiándose del mal que hicimos.

Las personas, en su lejanía, se dieron cuenta que se amaban.
Y se quedaron en casa.
Y leyeron libros.
Y escucharon y descansaron.
La gente aplaude desde sus balcones a los verdaderos héroes.
Nuestras mentes se serenaban porque ya no había prisas.
Y cuando todo estaba a punto de estallar, el mundo entero se unió convirtiendo los 5 continentes en solo 1.
Tuvimos miedo, miedo a lo desconocido, a contagiarme, a contagiar, por nuestros familiares, y más aún por los pequeños y ancianos, por nuestros amigos y en general MIEDO.
Y de repente todo se para, y es cuando entendemos el valor que tienen las pequeñas cosas, justo en el momento en que nos las quitan.
Las cosas importantes a las que antes no le dábamos importancia y se daban por sentado, comenzaron a adquirir otro matiz, y le dimos su importancia real.
El poder curativo de los abrazos, el olor de tu familia, el reír con los amigos por cualquier insignificancia, el pasear por la playa y sentir la brisa del mar…y miles y miles de millones de pequeños momentos que ahora adquieren relevancia.
Estamos viviendo algo insólito, el año en la que Tierra sólita obligo al mundo a detenerse.
Eramos ricos y no lo sabíamos.
Lección del 2020.

Autor desconocido

1 comentario:

  1. Tan real y profundo, que nos lleva a la reflexión, aunque sea solo por un ratito... lo importante es que está en nosotros que tan fuerte "pise ese ratito" en los días venideros!

    ResponderEliminar